Recuerda que la disciplina es un hábito que se desarrolla con la práctica constante. Empieza hoy mismo con pequeñas acciones y verás cómo tu disciplina aumenta con el tiempo.
1.- Comienza a cambiar la mentalidad que tienes sobre ti
Cuando adoptas una creencia sobre ti, tus decisiones y acciones se alinean en esa
dirección.
2.- Define al detalle y de forma atractiva eso que quieres lograr
Para tener disciplina, hay que hacerle la vida fácil a nuestro cerebro.
3.- Encuentra una razón personal que explique por qué quieres lograrlo
Es necesario identificar por qué quieres lograr esa meta en particular.
Muchas veces tienes que ser honesto contigo y enfrentarte a tus motivaciones más
secretas.
4.- Define qué te hace fallar y crea un plan
¿En qué momentos sueles necesitar más disciplina ? ¿Cuándo te es más difícil ser
constante?, ¿bajo qué circunstancias te cuesta mucho tomar acción?
Haz una lista con todos esos obstáculos que hacen que ser disciplinado sea más
difícil y, crea un plan por adelantado para solucionarlo.
5.- Crea un plan (por adelantado) para tomar acción con más facilidad
Así como ayudamos a tu cerebro a tomar acción haciendo tu meta más detallada y
atractiva, necesitamos también ayudarlo de otras formas a tomar la decisión
correcta y ejercer la disciplina .
Por ejemplo:
- Dejar tu ropa deportiva en al puerta para salir a correr.
- Tener tu lista de supermercado por adelantado para adquirir solo los ingredientes necesarios y comprar sano.
- Ten tus libros, notas y cuadernos ordenados en el escritorio para sentarte a estudiar.